Sabemos que una buena noche de sueño es la clave para mantenernos alerta
y activos al siguiente día, pero también es esencial para mantener una
buena salud.
Existe evidencia de que las personas que duermen
poco tienen un mayor riesgo de ganar peso que las personas que duermen
de 7 a 8 horas cada noche.
Estudios realizados por la Clínica de
Trastornos del Sueño de la UNAM, han reportado que la tercera parte de
la población mexicana no duerme bien, mientras que otros estudios
alrededor del mundo señalan que el número de horas que dormimos ha
disminuido significativamente desde principios del siglo XX a la fecha.
Se cree que uno de los factores asociados al aumento en el número de
personas obesas en el mundo obedece a este cambio en hábito del sueño.
Un estudio que involucró a 68,000 mujeres americanas de edad media
comparó que las que dormían 7 horas cada noche, tenían un 15% menos de
probabilidad de ser obesas que las que dormían menos de 5 horas cada
noche. También se observó que las mujeres que trabajan rolando turnos,
es decir que tenían horarios de trabajo algunas veces de día y otras de
noche, tenían más riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2. Mientras
más rolaban turnos de noche, mayor era el riesgo de desarrollar estas
enfermedades.
Los expertos creen que existen muchas formas por
las cuales la falta de sueño podría estar fomentando la ganancia de
peso, algunas de estas teorías son:
Aumenta el hambre:
la falta de sueño podría estar afectando las hormonas que controlan en
hambre. Por lo que las personas que no duermen podrían estar simplemente
comiendo más y por esa razón ganando peso.
Se tiene más tiempo para seguir comiendo:
las personas que duermen poco tienen más tiempo disponible para seguir
comiendo, a muchas personas que suelen desvelarse hasta tarde les es
imposible negarse a comer algún refrigerio o botana, por lo que
simplemente estarían ingiriendo más calorías.
Disminuye la actividad física:
cuando una persona no duerme bien suele estar cansado durante el resto
del día y como resultado es menos probable que realice alguna actividad
física. Algunos estudios demuestran que las personas que no duermen bien
tienden a pasar más tiempo viendo televisión que realizando alguna
actividad deportiva o recreativa.
Disminuye la temperatura del cuerpo:
estudios de laboratorio han señalado que la temperatura de las personas
que no duermen bien tiende a disminuir, lo que ocasiona que el gasto de
energía también disminuya, es decir, se utiliza menos energía de las
reservas grasas del cuerpo. Sin embargo aún existe controversia en
relación a esta teoría.
Finalmente sabemos que existe evidencia
que confirma que dormir menos es un factor de riesgo para desarrollar
obesidad, esto se ha observado tanto en adultos como en niños. Más allá
de los estudios que pueden relacionar la falta de sueño con la ganancia
de peso, es indiscutible el hecho de que dormir al menos 8 horas es
parte de los buenos hábitos de vida que debemos tener para poder
mantenernos saludables.
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