El insomnio es un problema que aqueja a gran parte de la población y
que todos, en mayor o menor medida, hemos sufrido en algún momento de
nuestras vidas. Normalmente se trata de un insomnio temporal, debido a
periodos de estrés o ansiedad, cambios de horario, etc.
Sin embargo, para algunas personas, sin embargo, la sensación de que
la noche se hace eterna, de que se acerca la hora de levantarnos al día
siguiente y sentir que es imposible dormirse es algo tan conocido que
muchas de ellas se resignan a ya no poder dormir como es debido. Son
las personas que sufren insomnio crónico.
El
insomnio no es igual en todas las personas, y dependiendo del momento
en que se produzcan, se pueden distinguir diferentes tipos del mismo:
- Insomnio intelectual o de conciliación:
es aquel que se produce porque no podemos detener la imaginación y los
pensamientos nos invaden, normalmente ligado a periodos de ansiedad o
de gran actividad intelectual.
Se denomina también de
conciliación o inicial porque es el que se produce al principio de la
noche, es decir, cuando nos acostamos y no podemos dormir después de
habernos ido a la cama.
- Insomnio intermitente:
En este tipo, quien lo sufre concilia el sueño cuando se acuesta, pero
se despierta varias veces por la noche, con largos intervalos en los
que está despierto. La calidad del sueño no es muy buena, ya que el
sueño es muy ligero y cualquier ruido o alteración hace que la persona
se despierte.
- Insomnio terminal o matinal:
En este, la persona concilia el sueño al acostarse, pero se despierta
varias horas antes de que amanezca o deba levantarse al día siguiente,
sin posibilidad de volver a conciliar el sueño.
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