Sin embargo, si que están probados los riesgos que podrían existir para la salud en algunos casos según la duración y la restricción del ayuno y en función de la utilización de determinados complementos que suelen acompañar.
Eliminar toxinas
A pesar de que mucha gente lo crea a pies juntillas, vivir más no es una consecuencia directa de dejar de comer durante unos días al año. Tampoco es del todo cierto lo que se cuenta sobre la eliminación de toxinas durante el ayuno. El cuerpo humano sano es capaz de llevar a cabo por sí mismo esta función a través del aparato circulatorio, digestivo y excretor.
Es cierto que la realizará mucho mejor cuantas menos sustancias tóxicas ingiramos y cuanto más cuidemos nuestro organismo, lo que no quiere decir no comer, sino hacerlo de forma saludable y en la cantidad adecuada. Así, es importante basar la dieta en alimentos de origen vegetal y comer con moderación.
Perder peso
El ayuno tampoco es adecuado para perder peso. Si quieres adelgazar, podrás hacerlo con otras pautas más moderadas que no comer nada o casi nada durante unos días o semanas. De hecho, los kilos que se pierden con las dietas muy bajas en calorías corresponden en su mayoría a agua y a proteína muscular.
Además, tras una reducción de calorías de esta clase, nuestro organismo activa una serie de mecanismos ahorradores de energía que se mantienen activos pasados los días de ayuno, por lo que se gana el peso perdido, e incluso, algún kilo extra.
Riesgos
Por supuesto, se trata de una práctica que conlleva muchos riesgos: alteraciones gastrointestinales, intolerancia al frío, sequedad de boca y piel, mal aliento, mareos, dolor de cabeza, irritabilidad y cálculos biliares.
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